Con ocasión de la boda de mi hijo mayor Javier con su encantadora novia Susana, me decidí a regalarles los muñecos para la tarta de bodas ¡pero no unos muñecos cualesquiera! ¡no! unos personalizados, con sus trajes festivos, pero para rizar el rizo, su tamaño reducido, apenas 17 cm, entraña mucho trabajo, pero visto el resultado ha merecido la pena el esfuerzo.
Ropa enteramente cosida a mano.
Se aprecia el tamaño en comparación a la mano, y al dedal, porque, claro… ¡el ramo tiene que ser minúsculo también!
la novia lleva braguita de encaje y zapatitos de tela floreada.
Aquí se ven los detalles de la novia, que luce su preciosa figura dentro de un vestido de encaje, y con su melena ondulada al viento ligeramente sujetada con unas rositas.
Ahora toca el turno al novio, luciendo su gorra campera con mucho brío.
La parejita terminada, necesitaba un soporte adecuado a la medida de los muñecos y a la altura del evento. ¡y éste fue el resultado!
¡VIVAN LOS NOVIOS!